ENPAREJARTE. El arte de vivir con éxito tu relación

(Nacho Tornel. 2016)

Enparejarte

«Este libro es un tributo a las parjeas qu han pasado por mi despacho y que me han brindado la oportunidad de trabjar con ellas descubiréndome su intimidad, ante la cual yo me inclino con profundo respeto y admiración». Así comienza su libro Nacho Tornel, Licenciado en Derecho y especializado en Mediación familiar, que actualmnte combina su labor terapéutica con la enseñanza. En el libro profundiza en los aspectos que considera más importantes en las relaciones de pareja: la comunicación, el compromiso, el respeto y la afectividad.


COMUNICACIÓN

La comunicación no es solo hablar, sino también escuchar, escuchar mucho. Y contarse cosas, cosas que a veces parecen insustanciales pero que son las que nos preocupan. En la pareja es fundamental contar las cosas y escuchar las del otro. Así, cada cosa que ponemos en común (uno contándola y el otro escuchándola) son como puntos de unión en la pareja. El autor dice que son «como gotas de silicona» que van uniéndonos poco a poco el uno al otro. Cada cosa contada y escuchada es una gota más que nos une.

Para eso necesitamos tiempo juntos, tiempo blindado. Pero a veces la vorágine del día a día nos centra demasiado en nosotros mismos y menos en el otro. Otro problema de la comunicación es tnder a no contarse cosas negativas por no preocupar al otro y es también un error: debemos ser transparentes con el otro y contarle lo que tenemos en la cabeza y en el corazón. Lo contrario puede crear malentendidos y terminar en faltas de confianza mutua. Sin embargo, en algunos casos conviene mantener silencio, como cuando hay temas del pasado en los que uno se siente mal, cuando se trata de algunos problemas o críticas de las familias de origen del otro o para dejar simplemente que el otro hable. Esos silencios sí pueden ser constructivos para la comunicación. Comunicar no siempre es hablar. Muchas veces es escuchar, guardar silencio y dejar al otro hablar.


EL COMPROMISO

Después de ananlizar la comunicación como base de la relación, el autor se adentra en otro concepto básico de la vida en pareja: el compromiso. El compromiso que tiene un para siempre, que está expresado en primera persona y que tiene que ser total, de uno con una. Un compromiso que tiene que ser la base de la relación y que es como la luz que ilumina el camino en momentos difíciles.  Y el compromiso es, sin duda, renuncia. El autor habla de abdicar, de elegir formas y costumbres adaptadas al otro, porque siempre una vida juntos supone algo de renuncia. 

Por otra parte, el compromiso supone también involucrar a la razón en las decisiones, para no dejarse llevar por terrenos resbaladizos en los que el sentimiento toma el liderazgo sobre la visión objetiva de la realidad. En estos casos conviene profundizar en qué está pasando en una relación para que surjan situaciones en las que el compromiso se pone en duda. Y, cuando una de las partes se ha dejado llevar por ese terreno resbaladizo y ha llegado a ser infiel al otro, entonces se requiere una dosis adicional de comprensión, sinceridad, perdón en un proceso de recomposición que será largo y complejo, pero que muchas veces puede valer la pena emprender.

Pero, en ocasiones, las personas rompen unilateralmente su compromiso y tiran por la borda la oportunidad de recomponer la relación. El autor, apoyado de su experiencia, recomienda evitar este camino unilateral por vía legal y aboga por buscar posibles caminos intermedios y soluciones viables antes de tomar un camino que tiene muy difícil vuelta atrás. Por el contrario, Tornel apuesta por que siempre existe una esperanza, siempre puede encontrarse debajo de la ceniza un rescoldo que, si se cuida, si se alimenta y si se pone empeño, puede volver a levantar el fuego del amor


RESPECT

El respeto por el otro es muy importante en la vida de pareja. El autor dice que prefiere hablar del respeto en forma positiva y muchas veces el lenguaje tiende a concretarlo en las «faltas de respeto», como viendo solo lo negativo. En esta línea el autor prefiere utilizar la palabra en su significado anglosajón de admiración, honor, interés… por eso usa la palabra inglesa  «respect» en vez la española. 

El respeto por el otro supone conocer lo que le gusta y lo que no, lo que le pasa por la cabeza y lo que le preocupa. Pero al mismo tiempo supone también no fiscalizar, no enjuiciar, no opinar ni dictaminar sobre eso que le gusta, le preocupa o le ocupa. Respeto es interesarse por el otro, no por uno mismo. 

Respetar al otro es mirarle con una mirada diferente, una mirada de admiración. En muchas relaciones se pude pasar por épocas en las que la admiración desaparece. Tornel propone que entonces es cuando hay que intentar fomentarla, más que fingirla. Y, para hacerlo, a veces conviene volver al pasado y repasar qué cosas había que sí admirábamos, pero con el tiempo, quizás por acostumbramiento, se han ido desvaneciendo. Si hubo admiración por el otro en el pasado, entonces esa admiración puede volver. Y esa admiración puede ser una parte importante del respeto.

La cortesía y la buena educación son también aspectos que conviene cuidar para ser respetuosos. Pedir las cosas por favor, dar las gracias y pedir perdón son gestos de amor y de respeto. No es que convenga mantener las formas por guardar el protocolo, pero sí conviene tender a que en casa el trato sea de guante blanco: las formas, las palabras, el tono de voz… son pequeñas muestras de respeto mutuo en casa, que huyen de comparaciones negativas, ironías y sarcasmos que no favorecen en nada el clima cálido de familia.

La mayor falta de respeto se refleja en la violencia. Muchas veces se va  «in crescendo», pasando por el tono de voz, luego las palabras, luego las amenazas… Ante estas actitudes hay que aplicar un nivel de tolerancia cero. Nunca se puede justificar una conducta violenta. Y algunas veces la única recomendación será la separación física. 

Finalmente, la mejor muestra de respeto es la igualdad. Los dos iguales, con los mismos derechos y la misma dignidad. Sin grados ni clases, independientemente de los logros personales o las cualidades propias. Eso es también respeto.


AFECTIVIDAD

La afectividad es el aceite lubricante de la relación: mientras haya cariño, afecto, ternura, sexo,… mantendremos el ánimo alto antes las dificultades. La afectividad aumenta la complicidad en la pareja, la identificación del uno con el otro, y crea un clima de naturalidad y confianza mutuas que nos hacen sentirnos más seguros. 

La manifestación de los afectos es un lenguaje más. Una forma más de hablarnos. Es la manifestación sensible, física, del amor. Empezará con caricias, con detalles, con muestras de cariño expresadas de forma corporal y terminarán con las que el autor llama «caricias de alto voltaje», que son el inicio de la relación sexual, que, de acuerdo con la naturalza, experimnta diversas velocidades en él y en ella y que conviene conocer.

Los obstáculos para que esta dinámica sexual funcione pueden ser varios: desde el cansancio y las cuestiones que requieren atención médica, hasta la pornografía y la masturbación. Estas últimas prácticas, lejos de acercarnos el uno al otro, nos llevan a tener una concepción del amor muy distinta de lo que se ha venido describiendo a lo largo del libro y puede convertirse en un muro entre los dos, que les separe y les distancie. 

Para que la afectividad y la sexualidad funcionen es necesario hablar, hablar mucho, conocernos a fondo. Y luego, cuidar también los detalles: la delicadeza, los diferentes tempos femenino y masculino.

El libro termina con una recomendación, basada en la idea de John Gottman y Nan Silver en su libro «Siete reglas de oro para vivir en pareja»: mira las luces que se encienden en el salpicadero de vuestra relación, los testigos que anuncian alertas. Las concreta en doce. Si se encienden varias de estas luces, lo más probable es que necesitemos buscar ayuda externa en nuestra relación: 

En resumen, un libro muy útil e interesante que conviene tener en la biblioteca de libros de pareja.


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